lunes, 28 de febrero de 2011

Yo solo quise volar!





No estaba confundida, ni poseída, ni manipulada, ni presionada ni nada. Era yo, con mis pocos sentidos, con los máximos sueños, con mi pasión en la sangre, con mi inconsciente muy consiente.

Quería tener plumas en el cuerpo, alas en la espalda, los pies más ligeros y la frente muy alta. Estaba emocionada, pensé que solo necesitaba un hombre para volar, pensé que solo necesitaba de tu cuerpo para volar. Claro, entendía perfectamente que tenía que haber amor, y en mí lo hay: Te amo!. Sé que no me amas, pero te gustaría volar, pensé, que tal vez conmigo.

Estaba muy consiente y contenta, quería demostrarle a Girondo, que al igual qué María Luisa yo podía volar. Dejé que me llevaras a dónde tú quisieras, esta vez no puse “peros”, no me importaba nada.

Tus labios chuparon mis labios, tus manos se hundían como enjuagándote el pecado en mi cuerpo, tu mirada era apagada y no veía el cielo, tus piernas eran frías. Toqué tu espalda, tus brazos, tu pecho y quería enredarme ahí para agarrar impulso.

Yo cerraba mis ojos y trataba de imaginarme el diáfano cielo, con sus nubes, con el sol o con la luna, con estrellas o con cantos de aves, yo quería estar ahí volando pegada a tú cuerpo. Pero no podía, no me dejabas volar, me amarraste a la cama con tus falsos deseos, con la lujuria vulgar de la tierra, del piso, del suelo.

Perdí las esperanzas y entonces sabía que aquél vuelo que tanto quiero, ese día lo había perdido. Ya no sentía nada, ya no te sentía, solo me figuraba como Girondo era con María Luisa para que ella volara. Terminaste rápido el viaje por el suelo. Un suspiro y un beso me llevo a tu pecho y ahí quede quieta pensando, viendo mi reflejo y me decía, mientras tú dormías… Qué difícil es volar, que difícil es querer volar!, que difícil es venir hasta acá contigo y querer volar contigo. Me quede dormida y soñando en lo que quise ser y no fui.

Así fue la primera y única vez que quise volar, pensé que era fácil. Con razón Girondo una vez que voló en el idilio con María Luisa, no podía volver amar a una mujer cualquiera que no sepa volar.

Pero no a la primera vez se vuela.

Yo no sé volar, estoy aprendiendo. Quería volar contigo, pero tú ya no tienes alas, ya no tienes ganas, ya no tienes nada.

Voy a volar algún día, muy pronto, muy alto, voy a volar. Voy a conocer un paraíso que quería enseñarte, un río de agua clara, unos valles verdes, una aroma puro, un cielo extenso, un sol, una luna la más grande, todas las estrellas, todo el infinito.

No sé volar, no a tú lado… te han cortando las alas.

jueves, 24 de febrero de 2011

Alusión a tus cejas negras!


Si supieras cuánto regalan tus ojos cuando miran, tú no sabes lo radiante que son tus miradas, tu no observas tus 1256 formas de mirar que tienes, deberías de sentir envidia por todos lo que podemos mirarte de frente y ver que hermosos son tus ojos con tus cejas negras… ese remarque que le hacen tus cejas son el perfeccionismo de tus ojos.

Como quisiera ser sólo una de tus cejas, solo una, para ir junto a tu mirada, para ir acariciar tus ojos sin que puedas sentirlo, de atravesarme en una de tus miradas y crear la número 1257.

Cuando vienes a lo lejos, ya siento tu mirada, cuando miras de cerca, observo siempre esas perfectas, remarcadas y negras cejas que parecen la cuna de tus ojos, como si ellas mandaran a tus ojos para empezar a trabajar con tus miradas e hicieran en este mundo la más brillante de las miradas…

Una a una de tus cejas saben lo que valen, ellas saben en dónde están y la suerte que tiene, por eso son coquetas con tu rostro, por eso lucen con tus ojos, son cómplices para hacerte bello y tú no te das cuenta, que bien hacen su trabajo.

Pero tengo un plan: cuando duermas y no me mires apareceré a tu lado, las acariciaré y platicaré con ellas, les diré que sueño con ser ellas, y apuesto que brillaran más por ser alabadas, entonces le pediré un favor, que te cuiden y no dejen de relumbrar, que sean las patronas de tu frente y las reinas de tu rostro, las cómplices de tus ojos y el complemento de tus miradas.


viernes, 18 de febrero de 2011

Espantapájaros 1!! (Girondo)



Esta fue y no otra la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?

¡María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres

¡Con que impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Tengo un cumplido para tí.

A veces me pregunto, si soy la única persona que sepa que eres la mujer más fantástica sobre la tierra, que por el hecho de conocerte en transparencia sepa lo hermosa que eres por fuera y dentro.
Puede ser que sea yo la única persona que aprecie lo bella que eres en cada una de las cosas que haces, lo asombrosa que eres con tus pensamientos, en tu forma de hablar, cuando dices las cosas como las quieres decir, que siempre quieres decir todo sobre lo sincero y lo bueno. Posiblemente sí soy la única persona que vea y valore todo lo haces y eres… Ese corazón sincero y con pocos rencores, y que los pocos rencores que te conozco, los castigas con el olvido.


Sí, en verdad es sorprendente que te vean caminar por la calle y nadie capte lo maravillosa que eres, ellos se pierden todo esto de ti. Si supieran que puedes amar tanto como Jesús en su propia cruz, que eres tan noble y sencilla que no buscas nada más que felicidad.


Qué no te observan las 600 formas que tienes de reír, la alegría que trasmites cuando están a tu lado, la forma de cambiarle la vida a todos los que te conocen. Qué el alcohol, los cigarros, las fiestas, desvelos… es transitorio en tu vida, qué todo es circunstancial por que puedes acoplarte a cualquier lugar, a cualquier ambiente y personas.


La mayoría no sabe que yo conozco a la mujer más fantástica sobre la tierra y eres tú: Que puedes hacer reír a carcajadas, sin más ni más, que puedes hacer llorar, así, sin más ni más. Es que más te conozco y más me sorprendo que la gente y “ellos”, no miren lo maravillosa que eres, que te entregas por completo al amor, a la familia, a los amigos. Que nunca sería prueba para ti, el donar algunos de tus órganos para salvar alguna vida.


Físicamente no me importas, puedes ser la mujer más bonita esculturalmente, pero eso no importa, a mí no me importa. Yo valoro, tus verdaderos sentimientos… quiero gritarles lo maravillosa que eras, la persona más noble y bella del mundo.


No, no puedo entender como todos los que te miran, andar de acá para allá, y no capten que acaban de conocer a la mujer más maravillosa que existe…

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