miércoles, 9 de noviembre de 2011

Amén.


Hoy tengo tanto dolor, tantas palabras, tanta basura en mi corazón… que ustedes no entenderían. Solo un computador y mis dedos saltando sobre cuarenta teclas me entienden. Y comprensible que nadie me entienda. Pues no todos entendemos ni sentimos ni pensamos igual.
Cuando la mamá de mi amiga falleció, yo la veía llorando mucho, lloraba como si no aguantara un dolor físico en su cuerpo, porque se retorcía sobre su estomago, se tiraba por el suelo como para dejar el dolor pegado en el suelo, pataleaba, mordía, gritaba ese dolor. Sufría tanto que me dolía verla así, pero no entendía tanto dolor, tanta furia por gritar por llorar. No entendía que un sentimiento, pudiera hacer eso a una persona.
Gracias a Dios no he perdido a mi madre, ni a ningún familiar. Pero siento el mismo dolor que mi amiga, hoy entiendo cómo se siente ese dolor y no es físico, es como una bomba que explota en tu corazón, clarito sientes como tu corazón se comprime y parece que deja de respirar, todo empieza en el corazón y se conecta con todo tu cuerpo, es un dolor que te traiciona de repente por más que te aguantes terminas llorando, gritando, pataleando.
Neta que si me dejaras hablarte un poquito, tal vez me desahogara, si me dejaras decirte:
“Que no quiero, no quiero vivir así, sin ti, que estoy sufriendo, que tengo una hemorragia por dentro que me está matando… me estoy muriendo y no te das cuenta. Que ya no soy feliz. Ya no te creo cuando dices mi nombre, cuando miras mis ojos, cuando besas mis labios. Ya no creo  todo lo que vivimos, ya no creo todo lo que nos prometimos, no creo todo lo que ha pasado este tiempo, no sé donde se quedo, no sé ni donde estoy, ni para donde voy… mi miel ya esta amarga!
Déjame y vete, déjame sola, para cuando despierte crea que solo fue un sueño todo lo hermoso que viví a tu lado… y no se haga una pesadilla.
Hágase tu voluntad en esta tierra y en todos los cielos, que todas las estrellas conspiren para que seas feliz, que todos los Dioses te bendigan,  que todo lo que pasa por un sueño pase por tu vida, santificado sea tu nombre, que tengas un Reino que yo siempre quise ver, que cumplas todo lo que un día me contaste y juraste hacer, que siempre tengas el pan de cada día, que perdones a los que te ofenden, como yo te perdono también, que no caigas en ninguna tentación nunca más, líbrate de todos los males… y a mi hoy déjame morir en paz….

Amén.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails