sábado, 17 de marzo de 2012

lunes, 12 de marzo de 2012

La guillotina. La muerte. La nueva vida.

… y cuando te pones de este lado, te das cuenta que todas las canciones, todas las palabras, las novelas, las películas, los lugares, los paisajes, las frases, todo de tipo de cursilería (me sacudo), duele.  O tal vez no es dolor, es abrir los ojos y darte cuenta de esa creencia estúpida de hacer recuerdos en la vida de una persona, de “dejar huella” son pendejadas, porque ¡zaz! Das media vuelta y ni de tu pinche nombre se acuerdan. Entonces andas como pendeja llorándole a todo… en fin pendejadas que se aprenden de este lado.
Lo más cabrón de todo es el primer tiempo, los primeros meses, los primero días… lo primero siempre es lo más difícil y lo más cabrón. Pero se puede prevalecer, claro que se puede, porque una cosa es ahogarte en la mierda y otra cosa es tragártela, y yo me ahogaré, pero jamás me la comeré.
Ahora si, como dice José Alfredo Jiménez: “me canse de rogarle, de decirle que yo sin ella de pena muero… ella quiso quedarse cuando vio mi tristeza, pero ya estaba escrito, que perdiera su amor…”
Todavía traigo la herida abierta, tal vez a carne viva…. Que, no sé;  si despedirme cursimente y aclararte que “en la vida hay amores que nunca podrán olvidarse/ inolvidablemente vivirás en mi…” o de plano escupirte el coraje y decirte “te voy a olvidar, por esta mira (+) que te voy a olvidar… me estás oyendo viejo piojo” ó tal vez reclamarte   “porque me haces llorar si sabes que te quiero, yo nunca había tomado, ni llorado por un amor… porque me haces llorar”
Pero ya todo está demás… toque fondo, y en el fondo también hay segundos aíres que tienes que aprovechar para empezar a rebotar y luego salir. A veces la muerte también es una opción para empezar de nuevo.  El tocar fondo es un alivio, el saber que ya no hay más a donde caer, hasta como que descansas. Te duermes para que pase el dolor, pero tranquila, sin miedo ni preocupaciones porque sabes que has caído donde todos tienen miedo de caer. Y tú ya caíste. Te animas y esperas que no haya gravedad en este espacio, para que sientas que empiezas a flotar y luego aprovechar eso para tu rebote.
En fin, empiezo a reaccionar del putazo que me di, y digo: tranquila no pasa nada…  de este lado solo son pendejadas, es una isla muy habitada. A lo mejor un día tú caigas, vengas.  Pero yo ya voy de salida…

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