miércoles, 9 de noviembre de 2011

Amén.


Hoy tengo tanto dolor, tantas palabras, tanta basura en mi corazón… que ustedes no entenderían. Solo un computador y mis dedos saltando sobre cuarenta teclas me entienden. Y comprensible que nadie me entienda. Pues no todos entendemos ni sentimos ni pensamos igual.
Cuando la mamá de mi amiga falleció, yo la veía llorando mucho, lloraba como si no aguantara un dolor físico en su cuerpo, porque se retorcía sobre su estomago, se tiraba por el suelo como para dejar el dolor pegado en el suelo, pataleaba, mordía, gritaba ese dolor. Sufría tanto que me dolía verla así, pero no entendía tanto dolor, tanta furia por gritar por llorar. No entendía que un sentimiento, pudiera hacer eso a una persona.
Gracias a Dios no he perdido a mi madre, ni a ningún familiar. Pero siento el mismo dolor que mi amiga, hoy entiendo cómo se siente ese dolor y no es físico, es como una bomba que explota en tu corazón, clarito sientes como tu corazón se comprime y parece que deja de respirar, todo empieza en el corazón y se conecta con todo tu cuerpo, es un dolor que te traiciona de repente por más que te aguantes terminas llorando, gritando, pataleando.
Neta que si me dejaras hablarte un poquito, tal vez me desahogara, si me dejaras decirte:
“Que no quiero, no quiero vivir así, sin ti, que estoy sufriendo, que tengo una hemorragia por dentro que me está matando… me estoy muriendo y no te das cuenta. Que ya no soy feliz. Ya no te creo cuando dices mi nombre, cuando miras mis ojos, cuando besas mis labios. Ya no creo  todo lo que vivimos, ya no creo todo lo que nos prometimos, no creo todo lo que ha pasado este tiempo, no sé donde se quedo, no sé ni donde estoy, ni para donde voy… mi miel ya esta amarga!
Déjame y vete, déjame sola, para cuando despierte crea que solo fue un sueño todo lo hermoso que viví a tu lado… y no se haga una pesadilla.
Hágase tu voluntad en esta tierra y en todos los cielos, que todas las estrellas conspiren para que seas feliz, que todos los Dioses te bendigan,  que todo lo que pasa por un sueño pase por tu vida, santificado sea tu nombre, que tengas un Reino que yo siempre quise ver, que cumplas todo lo que un día me contaste y juraste hacer, que siempre tengas el pan de cada día, que perdones a los que te ofenden, como yo te perdono también, que no caigas en ninguna tentación nunca más, líbrate de todos los males… y a mi hoy déjame morir en paz….

Amén.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Un poco màs!


Nuevamente me encuentro con el demonio de mi vida, ese puto demonio que se ríe de mí a carcajadas y me dice suavecito con sarcasmo: Pendeja!
Yo me enamoré. Como nunca,  como siempre quise hacerlo, me enamoré como pendeja, pero feliz… puta madre como fui feliz!
Siempre te dije que mientras mantuvieras tu mano junto con mi mano, yo podía gobernar al mundo. Siempre te dije que no cambiaría por nada del mundo los fines de semana a tu lado. Las tardes durmiendo en tu pecho, los desayunos, las comidas, las cenas, los paseos, las risas, las bromas, los enojos, los abrazos, los besos, los soles, las lunas, los universos…  No, no puedo cambiar todo eso ni por todo el oro del mundo.  
Y como voy a cambiar todo eso, si el cielo conocí, ahí viví y ahí deseo morir.  Te fijaste de lo que dije: morir.  Ahí deseo morir. Morir, porque no sé si hay otra vida después de esto, porque no sé si pueda volver a ir a las grutas, cabañas, ruinas, mercados, taquerías, restaurantes, al paraíso, al boquerón, al cielo, al mar, a las presas, al supermercado, a los partidos de fut, a los parques, cafés, y todos los miles de lugares que a tu lado conocí.
Ahora sé que el amor no existe, lo que existe es un sentimiento que tú vas creando, que vas haciendo que nazca, que vas dándole forma, que lo alimentas y cuidas. El amor es como un jarro de barro, la forma la hacen tus hechos y acciones, y el barro son todas esas cosas que tú me diste y yo te di.
Pero se quiere romper nuestro jarrón, quieres soltar mi mano, porque has descubierto que lo tuyo lo tuyo no es hacer jarrones.
Yo ya no puedo gobernar el mundo, ya no puedo ni cortarte los huevos. Solo aprieto tu mano para que me acompañes un poco más, mientras espero mi nave del olvido. Solo te pido un poco más —como dijo Álvaro Carrillo— a lo mejor nos entendemos luego, si voy a sufrir por tu amor, tengo derecho a hacerte un ruego: Espera un poco más!
Puta madre, como duele! Perdón por las palabras léperas, pero si duele!
Y por nuestro amor —porque es nuestro— aguántate un ratito más. Yo que más hubiera dado, todas las estrellas, todos los soles, todos los planetas, para que siguiéramos amándonos en las lunas; yo ya iba a proponerte “vámonos donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal” pero no sabía que quieres quedarte en éste espacio: en tu espacio.

lunes, 8 de agosto de 2011

Una página más

He releído mi libro personal más de 500 veces, y para ser exacta la página que está marcada con el día 22 de febrero de dos mil once. La he leído para ver si ahí encuentro la manera de deshacer este inmenso amor que siento.
Esa vez, en esa sala tan grande y obscura, presentía algo muy raro, bello pero malo, por eso no quería besarte, por eso no quería abrazarte, por eso no quería corresponderte, pero tu mirada seductora me atrapó y yo le respondí: conjurándose desde ese momento el hechizo del que no puedo salir.
Lo he leído tantas veces, lo he leído: cansada, aburrida, llorando, enojada, contenta, triste, feliz, hablando, en silencio, en suspenso, rápido, despacio.
A partir de ese día mi vida cambio, neta, cambiaron todas la demás páginas de mi libro.
Hoy va a cambiar de nuevo, no quería, te lo juro, en mi libro está escrito lo que te digo, que yo no quería, pero tengo muchos defectos y muchos errores; por eso tiene que cambiar, para que seamos felices de nuevo; como esos días en nuestro parque, en nuestro café, cuando jugábamos a ser niños, como cuando visitamos un paraíso, cuando subimos al cerro donde bajó Benito Juárez caminado, como cuando cantamos juntos, cuando nos escapábamos de todos para que no nos vieran, cuando nos salía lo “pavito, pavito” a los dos, todo, todas esas cosas, nos hacían felices.
Y hoy solo grito, porque yo siempre grito cuando ya no encuentro respuestas: ¿que nos paso?
Y tu respondiste a una pregunta que según yo nunca tenia respuesta, y respondiste bien: Eres tú la que ha hecho todo mal, eres tú el problema. Y entonces me juego mi última carta: Que te vaya bien, como dice mi Bunbury: “Que seas feliz, aunque no sea conmigo”

sábado, 9 de julio de 2011

Reconociste mi mirada y sabias que era tuya.



Me encantaron tus ojos desde el primer día, no pude resistir de pie y caí rendido ante su luz, que mi alma, en su plena y profunda oscuridad, ansiaba y necesitaba. No me preocupaba saber más de tu nombre, de tu calle, de tus días; si compartías con alguien más esos ojos grandes o solo era tuya y mía la mirada. Reconocí al fin que en... ese momento eras mía.

Esos labios que provocaban mis palabras me regalaban besos, susurros, palabras nuevas y frescas, roses en mi piel que a mi abdomen estremecían; y esa lengua llena de sabiduría me encantó, me fascinó, me perdió en el preciso instante; me volvía a encontrar para regresarme a la tierra y así pisarla nuevamente.

Tu cuello lo mordí cuatrocientas veces quizás y no me canse de hacerlo, quise imitar a esos seres nocturnos tan salvajes y románticos, y entendí porque el cuello mismo, pues al hacerlo temblabas toda, completa y no de miedo, estabas muy contenta. Susurrabas cuanto me querías y que no te soltara… yo comprendía.

Me encantaron tus pechos, grandes, tersos, limpios, bellos; caí en ellos como niño, puro, entero, seguro, feliz; tomando de ellos un respiro de vida, vida misma. Me recostaba sobre ellos confiado, soñando despierto en llanos verdes y flores frescas y que estabas a mi lado.

Tu espalda la recorrí de arriba a abajo sin detenerme, reconociendo cada vértebra, cada curva donde me mecía. Reconozco que tu cóccix y pubis me daban miedo, pero aprendí a amarlos como a toda tu persona; tu vientre lo besé y me abracé a él de tu cintura quedándome así, tranquilo, escuchando esas mariposas que decías.

Tus piernas largas y finas me apretaban muy fuerte en mi cintura y hasta me relajaban, no me permitían pensar en otra cosa que no fueras tú, me tenían amarrado a tu cuerpo y a tu parte, de donde me exaltaba y me hacían tomar bocanadas de aire puro y regalártelo en un beso, simplemente en un beso.

Benditas y malditas son tus manos, me regalaron caricias tiernas y el deseo insaciable de volver a tenerlas. Me hacían callar y lo aceptaba sin miedo, me llevabas con las mismas a tocarte y recorrerte de nuevo. Tus manos benditas, las extraño y con ellas te recuerdo, porque fueron ellas las que adiós me dijeron.

Edgar Díaz.

lunes, 27 de junio de 2011

No todo lo que brilla es oro.



Cuantas malditas luces eh visto en mi vida: muchas, demasiadas. Siempre las sigo soñando que una me llevarán a la gloria, y a la mitad del camino siempre se me apaga la luz. En cada túnel que me he metido he aprendido cosas distintas, he visto cosas distintas, he reído, he gozado, sufrido y llorado por cosas distintas, ¿no es eso maravilloso?

El tocar siempre el fondo de las cosas, es lo más feo, es como cuando el alcohólico, le duele aceptar que necesita ayuda, como cuando te aferras a un cuerpo y te das cuenta que ya no respira, que ya no siente, que ya se fue con otra luz distinta a la que seguías. Que está muerto.

Me siento casi en el fondo de mi túnel, sé que puedo caer más abajo para agarrar impulso y salir de nuevo, porque, eso sí, siempre he salido de todos, no me he quedado a joderme, no. Tal vez me he metido en puros pinches huecos jodidos, que ni tiene luz, y yo alucino, tal vez, quizás…

Pero bendigo a Dios por haberme dando la inteligencia, para entender que necesito salir a veces de ellos, que me equivoqué, que la cagué pues, que acá donde estoy no hay luz, no hay nada, solo hay un hombre que reflejó mi luz, no su luz.

Quiero que vean mi postal, ok, imaginen esta escena y díganme sino mi túnel ya no tiene luz y yo ando perdida:

“Yo estoy sentada en una banca de un parque, tengo en mis manos una carta y una rosa. Tengo un pantalón negro, una blusa lila, el cabello suelto y rojizo, estoy muy tranquila, serena, no contenta, dije serena. Un hombre está sentado a mi lado, callado, tranquilo, apretando sus manos, mirando su reloj, y de vez en cuando mira el cielo, no sé cómo va vestido, no lo miren a él… mírenme a mí, miren como lo observo yo, miren como tengo ganas de darle la carta y la rosa, pero él no me mira, él observa de nuevo su reloj y el cielo, y se va, se va del parque…”

Tengo que salir del hueco, tengo que salir de esta postal, tengo que crear otra, antes de joderme por siempre sentada en ese pinche parque. Tengo que mirar yo también el cielo, y decir: Te quiero, Te amo…
Sí, te quiero y te amo… pero no voy a sentarte en la banca del parque y obligarte a tomar mi mano y te quedes… no, la luz del amor, no se conserva así. Brillábamos como un oro, pero no, no todo lo que brilla es Oro.

martes, 14 de junio de 2011

Oración de la Gestalt

Mi amor:

Yo soy Yo.
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas.
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú.
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos,
será maravilloso.
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a mí mismo,
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a ti,
cuando intento que seas como yo quiero,
en vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.

martes, 3 de mayo de 2011

Adentro, pero sin venirme!!

Me encanta estar montada en este escenario, dizque actuando el papel de enamorada. Entré con unas ganas de estar acá, contigo, a tú lado, que me la tomé enserio. Ya sabes yo siempre con mi detallitos de “recaditos, mensajitos, cariñitos, besitos… todo lo ito” para que mi enamorado quedará impresionado conmigo. Pero como dice mi prima: “un roto para un descocido”. Porque aquel nada más quiere al tiempo << que el tiempo lo decida, que el tiempo lo diga, que el tiempo pase, que el tiempo esto que el tiempo lo otro>> y con lo que me jode a mí el pinche tiempo.

Digo, el tiempo es bueno, pero para amar: hay que estar un pie delante del tiempo, porque las mujeres como yo somos impacientes con el tiempo, apenas viene algo y ya queremos terminarnos todo. Y claro, yo no digo que las cosas van agarrando más forma con el tiempo, pero para eso hay que ponernos bellas con el amor. Hay que alimentarlo diario, porque es como un animal salvaje y hambriento. No hace daño si lo cuidas, pero abandónalo y veras como termina comiéndote a ti. Y ahí, justamente ahí es el pedo con mi enamorado, que no me da alimento para nuestro animal.

Pero bueno no seré extensa en explicar mi papel de enamorada y aquel de frío. Lo que he estado pensando en hacer es lo que expondré en un ejemplo tan vulgar, pero claro. Y perdón por lo vulgar, pero creo que solo así me entenderán.

Ok. Dicen que cuando un hombre esta a punto de eyacular sobre su pareja, es porque esta excitando al máximo, que por la serie de movimientos que ha realizado, las posiciones y demás actos sexuales (que claro lleva tiempo), está al 100% para sentir su orgasmo. ¿ok? ¿Hasta ahí vamos bien?

—Sherezada: No los oí!

—Lectores: Sí Profesora Sherezada, vamos agarrando el pedo!

Bueno. Púes sucede que casi todos lo hombres desean que su pareja sienta esa misma excitación, entonces como ellos son lo que se mueven más, por ese motivo lo disfrutan y sienten esas ganas de lo que vulgarmente decimos “venirse”. Pero para esperar a su pareja necesitan flaquear un poco, moverse más despacio, más suave, más tranquilos, para que puedan controlar su eyaculación. Y con un buen entendimiento de parejas, el hombre debe dejar que la mujer haga más movimientos que le provoquen el orgasmo deseado por los dos.

—Lectores: Continúe Profesora, cuánta sabiduría hay en sus palabras…

Ok. Púes yo siento que mí noviazgo soy la que se ha movido más (detalles, cariños, atenciones, decisiones, etc.), y me siento muy feliz, contenta, satisfecha de ello. Y tengo la sensación de venirme (enamorarme). Pero con la falta de movimientos de aquel se me han ido las ganas —aunque no he dejado de moverme— me dan ganas de salirme (terminar la relación), pero sería lo que siempre hago. Entonces “para atrás, ni para agarrar vuelo”, por lo que he decidido quedarme acá adentro, pero sin moverme. Qué se mueva él si en verdad quiere sentirse vivo y a mí feliz.

Ya no me moveré. Estoy agotada. Le toca a él hacer la chamba, y si no se mueve sin la necesidad de salirme, sabré que estoy fuera. Y lo que pudo ser un orgasmo (amor), habrá terminado sin “venirnos”. Entonces en ese momento guardo mis cositas y me voy a mover a otra parte. He dicho!

Lectores: Bravo, bravo, bravo!!


martes, 12 de abril de 2011

Ya, ahora, de una vez!


Todos a veces queremos brincar, el problema es cuando no tenemos a dónde. Creo que eso es lo que me pasa a mí, ahora. Ya quiero brincar, saltar, pero no tengo a dónde.

Y para ser más precisa, me refiero emocionalmente. Porque de proyectos personales tengo tantos saltos que dar, que ya voy retrazada en varios, pero justamente en estas fechas voy a dar uno de ellos, entonces como que en esa parte me siento bien.

Pero bueno, regresando a lo emocional osea, esa pinche palabra que tanto me cuesta entender “el amor”; ya quiero brincar de acá, de dónde estoy, antes de que sea tarde. Como dice mi abuelito <<me apendejo y me quedo>> y no, no quiero quedarme ahí. Esque… me estoy enamorando y no sé si lo merezca. Tal vez sí, pero tengo mis razones para también ponerle un no.

Iba bien, me la llevaba tranquila, caminando, y en el camino me topaba con uno que otro bachecito, pero nada como para estancarme en el camino. No mentiré que en algunos le rascaba un poquito para hacerlos más hondos, porque me gustaba estancarme en ellos. Pero ahora si estoy bien estancada, que no puedo ni salir caminado, tengo que brincar, ya, ahora, de una vez.

El problema es que no sé pa´ dónde.

Neta que si me quisiera quedar, pero algo falta, no sé qué chingados pero falta algo. Creo que le falta fuerza, seguridad, más amor. Y mi bachecito nada más no le rasca parejo conmigo.

A veces me digo: Sherezada sí nos quedamos, que chingados; pero luego esa vocecita me dice, como ahora mismo lo esta haciendo: Salta, Sherezada, saltaa!!

sábado, 19 de marzo de 2011

También puedo ser una cabrona!



Tengo ganas de gritar, pero como no puedo allá dónde estoy, púes me vine pa´ acá!
Hoy me siento la mujer más chingona del mundo, no sé si te he aprendido bien o no, pero ya le estoy agarrando la onda a eso de manipular a la gente, de engañar a las personas, de ilusionarlas, así sin que sienta ni tantita pena…

A parte de chingona, soy una cabrona por lo que hice hoy. Sin que me constara mucho pude tener acá mira, acá, a alguien, dando todo por mí. Ahora si van las mías. Ya la vida me había cobrado muchas que no debía, pero ahora sí, como dicen en mi rancho: “va una de cal por todas las de arena”.

Me vale madres, tal vez después la vida me la cobre, pero ¿y qué? Ya me sé algunas de las penitencias, entonces no hay problema.

Sí, me siento bien chingona, por eso tengo ganas de gritar! Porque después de sentirme diario pendeja hoy es un día que es distinto. Mañana igual y vuelvo ser pendeja, por eso quiero sacarle provecho a mi estado de ánimo de hoy.

No sé si te aprendí bien o mal, pero ahí la llevo. Ya puedo conseguir amores sin dar nada. Ya puedo mentir sin muchos problemas. Digo, no siempre, pero púes es chido eso de que te crean cuando dices: “I love you”.

Algunos me criticarán, pero no me entienden, no saben de que hablo, tú si!

Con razón los hombres aman a las cabronas, si ahora que lo empiezo a ser, como les encanta que los mire, que les hable, que los bese.

Sí mujeres, las veces que andamos llorando por ellos, es porque jugamos un papel de pendejas… ah! Pero sean unas cabronas y verán que todo es distinto. Repito, mañana igual y todo es distinto, pero por lo mientras déjenme sentirme una cabrona, déjenme con mi felicidad hoy, porque no diario viene.

¡Soy una carbona! (grito)



miércoles, 16 de marzo de 2011

¿Me ves?


Me he vuelto invisible, pero no por ser transparente de alma, ahí siempre lo he sido. Me encanta imaginar historias y escribir mentiras ¿no se han dado cuenta?. Lo difícil no es que yo las crea, lo difícil es que ustedes me la crean. Pero pensándolo bien eso no es difícil: Ya no.

Soy invisible, porque al igual que Pic, escribiendo mis historias me he vuelto fantasma. Quisiera que en verdad me vieras de nuevo. Quisiera que tocaras mi piel de nuevo, quisiera que me olieras de nuevo, que me amaras de nuevo.

Una noche, no muy lejana, cuando caminaba por la calle de Héroe de Leyenda, casi esquina Libro de Justicia, observaba a un joven de aproximadamente 23 años, con una playera blanca rota y sucia, un pantalón (bueno si eso se le puede decir pantalón) negro perjudido, con un mecate como cinturón, tenia el cabello mojado, no sé con qué pero lo tenía mojado, era lacio, delgado, de 1.70 mts aproximadamente y seguro bajo los efectos o residuos del alcohol o drogas.

Entonces dije que iba caminando, y cuando me lo quedé observando del otro lado de la calle, se atravesó con rapidez para dirigirse hacia a mí (casi lo atropellan por bruto). Sentí en el estomago como si alguien me lo rascara o rasguñara por dentro y en la garganta como sí hubiese un congestionamiento de aíre que no me permitía respirar ni tragar saliva.

Solo me quede quieta y trataba de seguir dando los pasos como lo había venido haciendo. Cuando me alcanzó, me preguntó, con un tono pasivo: ¿me vez?. No contesté. Pero me imaginé que la palabra que me diría era: ¡dame todo lo que traes!

—Por favor dime si me vez— repitió.
Sentía pavor, pero también ganas de contestar y lo hice.
— Claro que te veo— le respondí, ya entonces no sentía miedo, sino la neta, coraje mezclado con… como les digo, pena o lastima, no, no más bien creo que era angustia, o qué sé.

Me detuve para que no siguiera caminado detrás de mí, eso me generaba la angustia. Pensé <<qué si tría un arma punzo cortante y me la clava en la espalda, mejor que sea de frente>>. Como siempre yo de intensa.

Cuando voltee a mirarlo, volvió a preguntarme.

—Señorita, ¿en verdad me ves? —, insistía.

Lo miré y le dije: con voz fuerte: ¡si, sí te veo!— ¿que quieres?—.
— Qué me miraran y sepan que no soy invisible. Cuando venias caminando desde ahí (me señaló en dimensión), vi que empezaste a observarme. ¿Te doy asco? ¿Pena? ¿Lástima? ¿Por qué me miraste?

Realmente no sabia que contestar, si con la verdad o con una mentira. Me he dado cuenta que cuando miento me creen y cuando digo la verdad no me creen.

Entonces, decidí no tomar ninguna de las dos opciones.

Y asegurándome en mis adentros que serían las últimas palabras que le diría porque no me quedaría platicando de la vida con un extraño, que su vida es extraña, su mirada es extraña, su presencia es extraña y yo también son extraña.

— Yo también me siento invisible, y sin embargo tú me viste, atravesaste la calle sin importarte que un carro te matara. Solo te urgía llegar a mí, como si me escapara de ti. Yo también quiero que me vean, y que sepan que estoy acá. Tú me viste y yo también… Entonces, ¿Por qué crees que ambos podemos vernos, si somos invisibles?

Ya había medido la distancia en que tardaría en llegar el camión que venía a dos cuadras. Me atravesé la calle de nuevo para llegar a la parada, y lo dejé ahí, con una confusión más, con otra cara de pendejo. Digo con otra cara, porque creo que ya llevaba una.

Me subí en el camión y no tienen idea la sensación tan chingona que se siente cuando les dejas tus reproches a otras personas y que son extrañas. Él me reprocho, pero quedamos a mano. Bueno no tan a mano, porque… Carajo, yo también quería que él me respondiera.

Ahora, por favor, dime si tú me ves. ¿Me ves?

Me siento como una pendeja, preguntándote esto. Contándote esto. Pero con todas las pendejadas del mundo, espero que algún día me vuelvas a ver. Me vuelvas a besar, amar, sentir, desear.

Porque aunque soy invisible, tú siempre le das color a mí pinche vida.










































lunes, 28 de febrero de 2011

Yo solo quise volar!





No estaba confundida, ni poseída, ni manipulada, ni presionada ni nada. Era yo, con mis pocos sentidos, con los máximos sueños, con mi pasión en la sangre, con mi inconsciente muy consiente.

Quería tener plumas en el cuerpo, alas en la espalda, los pies más ligeros y la frente muy alta. Estaba emocionada, pensé que solo necesitaba un hombre para volar, pensé que solo necesitaba de tu cuerpo para volar. Claro, entendía perfectamente que tenía que haber amor, y en mí lo hay: Te amo!. Sé que no me amas, pero te gustaría volar, pensé, que tal vez conmigo.

Estaba muy consiente y contenta, quería demostrarle a Girondo, que al igual qué María Luisa yo podía volar. Dejé que me llevaras a dónde tú quisieras, esta vez no puse “peros”, no me importaba nada.

Tus labios chuparon mis labios, tus manos se hundían como enjuagándote el pecado en mi cuerpo, tu mirada era apagada y no veía el cielo, tus piernas eran frías. Toqué tu espalda, tus brazos, tu pecho y quería enredarme ahí para agarrar impulso.

Yo cerraba mis ojos y trataba de imaginarme el diáfano cielo, con sus nubes, con el sol o con la luna, con estrellas o con cantos de aves, yo quería estar ahí volando pegada a tú cuerpo. Pero no podía, no me dejabas volar, me amarraste a la cama con tus falsos deseos, con la lujuria vulgar de la tierra, del piso, del suelo.

Perdí las esperanzas y entonces sabía que aquél vuelo que tanto quiero, ese día lo había perdido. Ya no sentía nada, ya no te sentía, solo me figuraba como Girondo era con María Luisa para que ella volara. Terminaste rápido el viaje por el suelo. Un suspiro y un beso me llevo a tu pecho y ahí quede quieta pensando, viendo mi reflejo y me decía, mientras tú dormías… Qué difícil es volar, que difícil es querer volar!, que difícil es venir hasta acá contigo y querer volar contigo. Me quede dormida y soñando en lo que quise ser y no fui.

Así fue la primera y única vez que quise volar, pensé que era fácil. Con razón Girondo una vez que voló en el idilio con María Luisa, no podía volver amar a una mujer cualquiera que no sepa volar.

Pero no a la primera vez se vuela.

Yo no sé volar, estoy aprendiendo. Quería volar contigo, pero tú ya no tienes alas, ya no tienes ganas, ya no tienes nada.

Voy a volar algún día, muy pronto, muy alto, voy a volar. Voy a conocer un paraíso que quería enseñarte, un río de agua clara, unos valles verdes, una aroma puro, un cielo extenso, un sol, una luna la más grande, todas las estrellas, todo el infinito.

No sé volar, no a tú lado… te han cortando las alas.

jueves, 24 de febrero de 2011

Alusión a tus cejas negras!


Si supieras cuánto regalan tus ojos cuando miran, tú no sabes lo radiante que son tus miradas, tu no observas tus 1256 formas de mirar que tienes, deberías de sentir envidia por todos lo que podemos mirarte de frente y ver que hermosos son tus ojos con tus cejas negras… ese remarque que le hacen tus cejas son el perfeccionismo de tus ojos.

Como quisiera ser sólo una de tus cejas, solo una, para ir junto a tu mirada, para ir acariciar tus ojos sin que puedas sentirlo, de atravesarme en una de tus miradas y crear la número 1257.

Cuando vienes a lo lejos, ya siento tu mirada, cuando miras de cerca, observo siempre esas perfectas, remarcadas y negras cejas que parecen la cuna de tus ojos, como si ellas mandaran a tus ojos para empezar a trabajar con tus miradas e hicieran en este mundo la más brillante de las miradas…

Una a una de tus cejas saben lo que valen, ellas saben en dónde están y la suerte que tiene, por eso son coquetas con tu rostro, por eso lucen con tus ojos, son cómplices para hacerte bello y tú no te das cuenta, que bien hacen su trabajo.

Pero tengo un plan: cuando duermas y no me mires apareceré a tu lado, las acariciaré y platicaré con ellas, les diré que sueño con ser ellas, y apuesto que brillaran más por ser alabadas, entonces le pediré un favor, que te cuiden y no dejen de relumbrar, que sean las patronas de tu frente y las reinas de tu rostro, las cómplices de tus ojos y el complemento de tus miradas.


viernes, 18 de febrero de 2011

Espantapájaros 1!! (Girondo)



Esta fue y no otra la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?

¡María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres

¡Con que impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Tengo un cumplido para tí.

A veces me pregunto, si soy la única persona que sepa que eres la mujer más fantástica sobre la tierra, que por el hecho de conocerte en transparencia sepa lo hermosa que eres por fuera y dentro.
Puede ser que sea yo la única persona que aprecie lo bella que eres en cada una de las cosas que haces, lo asombrosa que eres con tus pensamientos, en tu forma de hablar, cuando dices las cosas como las quieres decir, que siempre quieres decir todo sobre lo sincero y lo bueno. Posiblemente sí soy la única persona que vea y valore todo lo haces y eres… Ese corazón sincero y con pocos rencores, y que los pocos rencores que te conozco, los castigas con el olvido.


Sí, en verdad es sorprendente que te vean caminar por la calle y nadie capte lo maravillosa que eres, ellos se pierden todo esto de ti. Si supieran que puedes amar tanto como Jesús en su propia cruz, que eres tan noble y sencilla que no buscas nada más que felicidad.


Qué no te observan las 600 formas que tienes de reír, la alegría que trasmites cuando están a tu lado, la forma de cambiarle la vida a todos los que te conocen. Qué el alcohol, los cigarros, las fiestas, desvelos… es transitorio en tu vida, qué todo es circunstancial por que puedes acoplarte a cualquier lugar, a cualquier ambiente y personas.


La mayoría no sabe que yo conozco a la mujer más fantástica sobre la tierra y eres tú: Que puedes hacer reír a carcajadas, sin más ni más, que puedes hacer llorar, así, sin más ni más. Es que más te conozco y más me sorprendo que la gente y “ellos”, no miren lo maravillosa que eres, que te entregas por completo al amor, a la familia, a los amigos. Que nunca sería prueba para ti, el donar algunos de tus órganos para salvar alguna vida.


Físicamente no me importas, puedes ser la mujer más bonita esculturalmente, pero eso no importa, a mí no me importa. Yo valoro, tus verdaderos sentimientos… quiero gritarles lo maravillosa que eras, la persona más noble y bella del mundo.


No, no puedo entender como todos los que te miran, andar de acá para allá, y no capten que acaban de conocer a la mujer más maravillosa que existe…

domingo, 16 de enero de 2011

La verdad es que...



“El mundo es una mierda”, púes si, eso dijo un político que pretende gobernarnos. Y la verdad es que sí. La verdad es que, todo esta hecho un desastre, gobierno-narco, igual a: delincuencia organizada por Gabinete Político. Esa es la verdad.

La verdad es que hay mucha pobreza, mental y económica. Estamos pobres. Los bares están cada vez más llenos y las bibliotecas más vacías. Y si fuera cierto que el mundo se acabará en el año 2012, ahí la llevamos. Ya lo estamos acabando.

Estoy anonadada con todas las destrucciones que han pasado en muchos países por nuestra madre Naturaleza; y hace bien, ya es tiempo de que se vengue de nosotros y nos cobre todo lo que le debemos. Ah, pero si me duele ver a un pequeño morir en la inundación en Brasil. A su escasa edad de 10 años tomo la decisión qué salvarán a su hermano y a él lo dejarán —eso dijo el rescatista—, es ahí dónde me enfurece que mis políticos disfrutando y otros muriendo.

Ya me volví a enojar de nuevo. Esa es la verdad. Como es verdad que empiezo a ser feliz, tan feliz que puedo quitarme el enojo en dos renglones.

No comentaré más de política, ahí ustedes opinen. Mejor diré mis verdades y dejemos las del mundo, al cabo como dice la canción “ahí mundo te quedas!”.
La verdad es que me he vuelto muy observadora, y me he dado cuenta lo grandioso de mi vista, porque creo que de la vista funcionan los demás sentidos —al menos para mí— después de observar ciertas cosas: mi tacto, mi gusto, mis oídos, hacen curar mi alma.

Porque siempre llevo en la mente esa frase que leí en un viejo libro: “los sentidos curan el alma, y el alma a los sentidos”. Por eso ando de sentidora, para curarme de el alma, esa es la verdad, pero nada más queda entre nos.

Y la verdad es que me ando divirtiendo un rato con la mierda del mundo, lo convenzo diario que la vida es bella. Mi vida es bella. Quisiera que me vieran o al menos me leyeran para que vean como mi vida ha cambiado. Al Señor Amor, ya la agarré la onda, ya no nos peleamos. Falta mucho por aprender, pero no tengo prisa, cuido que mi camino sea largo. Mis pasos astronautas los ando marcando en cada unos de sus lunares.

La verdad es que comencé a escribir nuevamente un diario —este también se le parece—, uno de adeveras, ahí no me desplayo como acá, pero también estoy dejando marcas de mi vida. La verdad es que tengo muchos secretos, tantos que empiezo a botar unos. Ya me cansé de traerlos siempre. Pero la verdad es que si tengo muchos muy buenos secretos que no le contaré ni a mi tumba.

Púes ya dije la verdad como 13 veces, solo faltan 3 más. Entonces, la verdad es que mi trabajo me gusta y no le he fallado, sabe que le soy fiel y cumplidora. Me falta mucho más para entregarle, pero le daré una sorpresa, porque la verdad es que, me ando preparando más y más; leer, escribir, pensar…

La verdad es que el sol atraviesa el cielo todos los días y la luna hace su trabajo en las noches y siempre nos traen una magia distinta en cada día… porque cada día es una oportunidad para algo nuevo…

lunes, 3 de enero de 2011

Este año, quiero ser yo misma otra vez...



Es tiempo de soltar amarras...


Aquí dejo todo lo que me hace daño.


Es tiempo de ser más fluida con la gente, Conmigo misma.
Es momento de dejar ir, de permitir que el viento me despeine
y me sacuda; que se lleve el resentimiento, que mi alma perdone
deudas y deudores.


Es tiempo de que me perdone a mí misma; ya me regañé bastante.
Fueron muchas las piedras que yo misma puse en mi camino; los puentes dinamitados


Para auto castigo ya estuvo bien; elijo el camino de la aceptación; es más barato.
Acepto y entiendo que merezco empezar de cero, con alma transparente, y espíritu tranquilo. Lo que ha de ser, será.


Entiendo que por más que me angustie,
no agregaré un centímetro a mi estatura.


Es tiempo de relajarme.
Dios no me está juzgando. Así que ¿por qué habría yo de hacerlo?
Es hora de levar anclas... De liberar cosas, de soltar gente.
Nadie tiene porque ser como yo quiera. Así están perfectos.
Así ha funcionado hasta este momento su vida.
¿Qué mejor prueba podría pedir para convencerme?
Me dedico a atender lo mío, a refundarme.
Viene bien tirar lo que ya no sirve, perdonar.


Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero.
Tener la razón es el peor de los desgastes, pues te quita el sueño intentando corregir al universo.
Es hora de soltar amarras, de confiar más en el Padre y menos en la apariencia de este mundo convulso.
Me dejo ir. La vida me conduce.


Quiero un corazón joven, que brinque de gusto con las chicharras que anuncian el día.
Como cuando éramos niños. ¿Te acuerdas?


Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo de los girasoles, de ver en el cielo un milagro pintado de azul y no sólo un día más, llano y simple.


Es tiempo de soltar amarras y maravillarme.
He estado demasiado ocupada para ver las estrellas. Elijo mirar la sonrisa del sol. Elijo abrazar al aire.
Me ama lo suficiente para mantenerme vivo.
¿Qué mejor prueba de amor?


Afortunadamente, Dios me dio la facultad de elegir.


Elijo controlar a mis propios demonios.
Es más… he decidido darles vacaciones.


Es tiempo de soltar amarras, de levar anclas,
de dejarme en paz.
De tanto pelear conmigo se me estaba olvidando
a que sabe la sonrisa.
Qué estupendo es cuando no controlas a nadie,
cuando no pides cuentas, cuando tiras a la basura la bitácora de los rencores.


Hoy quiero ser más justa; la vida no es un tablero de ajedrez ni las personas caballos o alfiles.
Trato a la gente como me gustaría ser tratado.
Quiero y necesito un buen principio,
y seguir así indefinidamente.
Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo:
te pido una disculpa.
Yo ya me perdoné.


¿Podrías hacerlo tú también? Yo te invito.
Renovación es una palabra muy comprometedora...
¡te obliga a caminar sin excusas!
Sin nadie a quien echarle la culpa de nada.
Pero definitivamente es el camino al cielo.
Nada es casualidad, no hay accidentes ni coincidencias solo Diosidencias…..
Por eso, sea cual sea la razón por la que estés leyendo estas líneas, elijo creer que el universo nos permitió crear este lazo, aún cuando ni siquiera nos hayamos visto.


Elijo creer que estemos dispuestos a sembrar más sonrisas en nosotros mismos y en la gente.


Te deseo que Dios te llene de bendiciones este año que viene y recuerda:


Si sueltas tus amarras, tendrás las manos libres para recibirlas…

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