domingo, 16 de enero de 2011

La verdad es que...



“El mundo es una mierda”, púes si, eso dijo un político que pretende gobernarnos. Y la verdad es que sí. La verdad es que, todo esta hecho un desastre, gobierno-narco, igual a: delincuencia organizada por Gabinete Político. Esa es la verdad.

La verdad es que hay mucha pobreza, mental y económica. Estamos pobres. Los bares están cada vez más llenos y las bibliotecas más vacías. Y si fuera cierto que el mundo se acabará en el año 2012, ahí la llevamos. Ya lo estamos acabando.

Estoy anonadada con todas las destrucciones que han pasado en muchos países por nuestra madre Naturaleza; y hace bien, ya es tiempo de que se vengue de nosotros y nos cobre todo lo que le debemos. Ah, pero si me duele ver a un pequeño morir en la inundación en Brasil. A su escasa edad de 10 años tomo la decisión qué salvarán a su hermano y a él lo dejarán —eso dijo el rescatista—, es ahí dónde me enfurece que mis políticos disfrutando y otros muriendo.

Ya me volví a enojar de nuevo. Esa es la verdad. Como es verdad que empiezo a ser feliz, tan feliz que puedo quitarme el enojo en dos renglones.

No comentaré más de política, ahí ustedes opinen. Mejor diré mis verdades y dejemos las del mundo, al cabo como dice la canción “ahí mundo te quedas!”.
La verdad es que me he vuelto muy observadora, y me he dado cuenta lo grandioso de mi vista, porque creo que de la vista funcionan los demás sentidos —al menos para mí— después de observar ciertas cosas: mi tacto, mi gusto, mis oídos, hacen curar mi alma.

Porque siempre llevo en la mente esa frase que leí en un viejo libro: “los sentidos curan el alma, y el alma a los sentidos”. Por eso ando de sentidora, para curarme de el alma, esa es la verdad, pero nada más queda entre nos.

Y la verdad es que me ando divirtiendo un rato con la mierda del mundo, lo convenzo diario que la vida es bella. Mi vida es bella. Quisiera que me vieran o al menos me leyeran para que vean como mi vida ha cambiado. Al Señor Amor, ya la agarré la onda, ya no nos peleamos. Falta mucho por aprender, pero no tengo prisa, cuido que mi camino sea largo. Mis pasos astronautas los ando marcando en cada unos de sus lunares.

La verdad es que comencé a escribir nuevamente un diario —este también se le parece—, uno de adeveras, ahí no me desplayo como acá, pero también estoy dejando marcas de mi vida. La verdad es que tengo muchos secretos, tantos que empiezo a botar unos. Ya me cansé de traerlos siempre. Pero la verdad es que si tengo muchos muy buenos secretos que no le contaré ni a mi tumba.

Púes ya dije la verdad como 13 veces, solo faltan 3 más. Entonces, la verdad es que mi trabajo me gusta y no le he fallado, sabe que le soy fiel y cumplidora. Me falta mucho más para entregarle, pero le daré una sorpresa, porque la verdad es que, me ando preparando más y más; leer, escribir, pensar…

La verdad es que el sol atraviesa el cielo todos los días y la luna hace su trabajo en las noches y siempre nos traen una magia distinta en cada día… porque cada día es una oportunidad para algo nuevo…

lunes, 3 de enero de 2011

Este año, quiero ser yo misma otra vez...



Es tiempo de soltar amarras...


Aquí dejo todo lo que me hace daño.


Es tiempo de ser más fluida con la gente, Conmigo misma.
Es momento de dejar ir, de permitir que el viento me despeine
y me sacuda; que se lleve el resentimiento, que mi alma perdone
deudas y deudores.


Es tiempo de que me perdone a mí misma; ya me regañé bastante.
Fueron muchas las piedras que yo misma puse en mi camino; los puentes dinamitados


Para auto castigo ya estuvo bien; elijo el camino de la aceptación; es más barato.
Acepto y entiendo que merezco empezar de cero, con alma transparente, y espíritu tranquilo. Lo que ha de ser, será.


Entiendo que por más que me angustie,
no agregaré un centímetro a mi estatura.


Es tiempo de relajarme.
Dios no me está juzgando. Así que ¿por qué habría yo de hacerlo?
Es hora de levar anclas... De liberar cosas, de soltar gente.
Nadie tiene porque ser como yo quiera. Así están perfectos.
Así ha funcionado hasta este momento su vida.
¿Qué mejor prueba podría pedir para convencerme?
Me dedico a atender lo mío, a refundarme.
Viene bien tirar lo que ya no sirve, perdonar.


Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero.
Tener la razón es el peor de los desgastes, pues te quita el sueño intentando corregir al universo.
Es hora de soltar amarras, de confiar más en el Padre y menos en la apariencia de este mundo convulso.
Me dejo ir. La vida me conduce.


Quiero un corazón joven, que brinque de gusto con las chicharras que anuncian el día.
Como cuando éramos niños. ¿Te acuerdas?


Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo de los girasoles, de ver en el cielo un milagro pintado de azul y no sólo un día más, llano y simple.


Es tiempo de soltar amarras y maravillarme.
He estado demasiado ocupada para ver las estrellas. Elijo mirar la sonrisa del sol. Elijo abrazar al aire.
Me ama lo suficiente para mantenerme vivo.
¿Qué mejor prueba de amor?


Afortunadamente, Dios me dio la facultad de elegir.


Elijo controlar a mis propios demonios.
Es más… he decidido darles vacaciones.


Es tiempo de soltar amarras, de levar anclas,
de dejarme en paz.
De tanto pelear conmigo se me estaba olvidando
a que sabe la sonrisa.
Qué estupendo es cuando no controlas a nadie,
cuando no pides cuentas, cuando tiras a la basura la bitácora de los rencores.


Hoy quiero ser más justa; la vida no es un tablero de ajedrez ni las personas caballos o alfiles.
Trato a la gente como me gustaría ser tratado.
Quiero y necesito un buen principio,
y seguir así indefinidamente.
Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo:
te pido una disculpa.
Yo ya me perdoné.


¿Podrías hacerlo tú también? Yo te invito.
Renovación es una palabra muy comprometedora...
¡te obliga a caminar sin excusas!
Sin nadie a quien echarle la culpa de nada.
Pero definitivamente es el camino al cielo.
Nada es casualidad, no hay accidentes ni coincidencias solo Diosidencias…..
Por eso, sea cual sea la razón por la que estés leyendo estas líneas, elijo creer que el universo nos permitió crear este lazo, aún cuando ni siquiera nos hayamos visto.


Elijo creer que estemos dispuestos a sembrar más sonrisas en nosotros mismos y en la gente.


Te deseo que Dios te llene de bendiciones este año que viene y recuerda:


Si sueltas tus amarras, tendrás las manos libres para recibirlas…

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