Me puse a pensar en todo lo que esas palabras significan, después de que vi la estrella fugaz número 23 de mi vida. Me di cuenta que nunca se me ha cumplido ninguno de los deseos eternamente pedido a ellas, pero aún así sigo pidiéndoles deseos. Dije —porque siempre quiero creer en lo que sé, que no existe o en lo increíble— púes en el fondo de mi corazón aún quiero creer.
Quiero creer que existe un camino, que existe un destino, un amor para cada persona, que todo lo que nosotros mismo destruimos, puede nacer de nuevo si nosotros creemos.
Yo quiero creerle a mi amigo drogadicto cuando me dice que esta vez será la última. Yo quiero creer en los políticos que prometen un mejor gobierno para mi estado — que en realidad no es cierto —pero quiero creer. Quiero creer que los ratones te cambiarán los dientes por dinero, que si atrapas el ramo de la novia, te casarás, que los Reyes Magos aparecen en tu casa el 6 de enero, en el pozo de los deseos, en todo lo visible e invisible —hoy quiero creer—.
Y aunque siempre digo que no volveré a creer, vuelvo a creer, vuelvo a desear que las cosas funcionen como las creo. Y soy necia, porque digo que no volveré a creer en tus palabras, pero en verdad solo quiero escucharte para volver a creerte, porque cuando digo que no volverá a pasar el mismo error, ya estoy creyendo que volveré a cometerlo.
Yo siempre quiero volver a creer —hoy quiero volver a creer— que los príncipes existen, que la noche es romántica, que te volveré a ver, que tendré una bonita camioneta, que seré una excelente profesionista, que aún soy bella —quiero creer mil veces más — que mi estrella fugaz número 24 me concederá mi deseo.
Aunque en la vida prácticamente no hay garantías sobre nada, es necesario creer algo posible, sobre todo creen en la palabra cuando alguien nos da su palabra, pues el día que ello no exista el mundo seria un sitio pleno de desconfianza.
ResponderEliminarUn placer leerte, y un cordial saludo.
Cree, amiga. No dejes de hacerlo. Tener fe es la única libertad verdadera y absoluta porque nos corresponde a nosotros creer o no. Y no me refiero a fe religiosa en específico, sino en general. Cuando uno cree, pasan cosas mágicas. Tú, por ejemplo, has visto 23 estrellas fugaces. ¿Cuántas personas pueden asegurar eso? Gracias también por tu visita y por tu lindo comentario. Serás siempre bienvenida a mi Isla virtual. Me quedo siguiéndote y te deseo un feliz fin de semana. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracis por sus lindos comentarios... refuerzan mi eterno impulso de seguir siempre creyendo.
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