jueves, 4 de noviembre de 2010

Llego la muerte.

Un esfuerzo muere. La muerte hizo de las suyas y se lleva mi paraíso.
Hoy siento miedo de escribir, las últimas letras que aún flotan en lo que fue un paraíso. Diez palabras, solo diez. Han matado a miles acá escritas. Ojala sólo hubiesen sido las palabras; las forzadas, la sinceras, las odiadas, las alabadas, las de amor, las de odio, de corazón, de humildad, las sencillas, las que dicen mucho, las que no dicen nada, las que tienen faltas de ortografía… Mis palabras.


No mueren solo ellas, también muere un sentimiento. Maldita calaca, algo mió se llevó.


Diez palabras. Sólo puede responder: Gracias. No tengo aliento. Por primera vez sentí en dos el corazón. Estaba como un coco con agua fresca, su carnita era tierna y con diez palabras en forma de machete lo partieron en dos. Ay!! Mi corazón como me duele, cada vez que palpita me duele el machetazo.


Mañana seré feliz. Pero hoy las palabras mueren, el sentimiento calla, mis dedos le lloran por no poder escribir más. Con demasiado cuidado hoy escribo el último pensamiento que me queda: “cierta estoy, que en ningún pensamiento existo y que ni en un recuerdo quedo”.


He revisado éste escrito más de 11 veces, creo no tener ninguna falta de ortografía. Demonios que importa. Al fin de todo solo quería decir: Mis palabras hoy mueren. Gracias.

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