viernes, 14 de mayo de 2010

El final de los finales



Después de escuchar 1567 veces (tal vez más o tal vez menos), la frase del Maestro Joaquín Sabina, —esa que dice— “lo atroz de la pasión es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos”, me he puesto a pensar ¿que es lo que duele, al final de los finales?. A mí me duele, sin duda un final, un final en el que ni siquiera hubo un “adiós”.
Quiero pensar que, el recuerdo, el olvido, el sabor a soledad que queda en el alma, la manifestación de ser olvidado, o la certeza que un día seremos “nada” en la vida de esa persona que nos adeuda tanto, es lo que sigue al final de los finales. Duele, ¡claro que duele¡ porque es una desconsolación a un amor que ya no tiene puntos suspensivos.

Como quisiera tener de reserva siempre dos puntos suspensivos, para poder colocarlos cuando vea que se acerca un final, e impresionarte con mis dos puntos suspensivos. También puedo romper las reglas de la gramática, y poner muchos, muchos puntos y que nunca se acaben, que nada tenga un final, que todo sea suspensivo…

Pero la realidad es que todo tiene final, unos cortos otros largos. Existen finales que dan alivio, felicidad, que son deseables, pero existen finales que provocan dolor, sufrimiento, llanto, y en ocasiones destrucción, sin embargo todos, todos, traen la madurez para quien pueda comenzar a escribir de nuevo y hacer un archivo muerto de de los finales.

Yo agregaría que después de un final y de su “punto”, debe haber una anotación marginal que tenga un agradecimiento, sí, un agradecimiento al permitir dejar escribir en nuestra historia un final más, — porque mi Padre me lo dijo—, hay que agradecer siempre lo bueno y lo malo, recuerda —me dijo mi Padre— “hasta de la piedrita más chiquita vamos a necesitar un día, así que dale gracias de haberse cruzado en tu camino”, es por ese motivo que invocando esa palabra que es conocida en todos los países del Mundo, escrita en todos los idiomas, que con sus 7 letras en español, con sus 6 letras en ingles, con sus 5 letras en francés, con sus 4 en alemán, etc. al final de nuestra historia, yo ya no tengo puntos suspensivos, y desde esta pequeña puerta de mi corazón te digo “GRACIAS”, muchas gracias por haber escrito un final en mi historia, es verdad que me quedó una herida, pero estoy segura de que sanará, y siempre tendré presente y nunca olvidaré que “al final de los finales, ya no le siguen dos puntos suspensivos…”

1 comentario:

  1. NADA+ PUNTO Y FINAL, YA NO SUEÑES CON PUNTOS SUSPENCIVOS... JEJEJE

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se dice que:

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