jueves, 1 de julio de 2010

El Cristo del Milagro

Yo quería platicar y contarle a mis amigas lo que siento, tal vez mi mejor amiga era la persona correcta, pero no sé pudo. Ellas hablan de sus cosas, de amores, de placeres, lo mío suena parecido, pero no es lo mismo. Me dio pena contar que no encuentro la salida de un amor que fue verdad sobre una mentira, me dio pena contar que creo en un amor que nació en la basura, me dio pena contar…

Entre por la puerta de madera grande, de lado derecho estaba él, “El cristo de Milagro”, estaba mi Cristo a lado de San Juditas Tadeo, y miraron como adivinado a qué iba. Parpadeé unos instantes, luego lo mire a los ojos y muy despacito suspire, ya con los ojos húmedos le pregunté: ¿qué hice mal?, ¿yo tuve la culpa?, ¿me quiso en algún tiempo?, ¿ahora qué sigue?...

Muchas veces ahí mismo, llorando, le había implorado qué nunca me sintiera como ahora me siento, le dije que sería buena y que su alabanza siempre estaría en mis labios, prometí ser buena chica y que me cuidará todo el tiempo. En tres ocasiones ahí mismo pedí por ti y por mí, pero siempre aparte: por tí con los tuyos y por mí con los míos. Ahora era distinto, sentí en el pecho un reproche que me callé por no ser correcto, le pedí perdón si hice algo malo, le pedí perdón muchas veces por todo, a ver si así me aliviaba un poco.

No se puede olvidar lo que me hiciste ese día, no se asimila que desaparezca de tu vida, ya no entiendo nada de esta vida, tal vez yo soy de Marte y caí por equivocación en este planeta. Todos hablan, todos gritan, todos dicen lo que les estorba en la vida. Yo nada más quisiera gritarte que hay odio y dolor por tu partida, que he deseado hasta tu muerte, que con un vudú quisiera pasarte mi dolor y mala suerte, y las lagrimas de sangre que lloré por tus mentiras, pero la verdad es que al escucharte te diría que te extraño todavía.

Tú engrandeces por tener tan buena suerte en el amor y con mentiras, por tener como a ésta tonta más de 10 en cada puerta. Antes de ti me sentía distinta, única y superior a cualquiera. Nunca estuve entre tus brazos, ni correspondiste a mi mirada, fui invisible para ti y eso alimentaba tu grandeza de ser el Rey de…

Todo eso pensé frente a mi Cristo del Milagro, creo que hasta él ésta confundido, porque yo siendo buena estoy sufriendo, y tú siendo malo andas disfrutando, sí lo confundí con tanto reclamo. Pero me dijo con sus ojos que me ama, y no lo suelte de la mano…



2 comentarios:

  1. Me atrapó esta lectura, porque todos, en algún momento de la vida, nos sentimos así. Con rabia, con lágrimas,muchas lágrimas y preguntas sin respuesta. Más luego llega la calma y la recompensa. Sin bajar los brazos y con alegría en el corazón, aceptando los retos del día a día, la recompensa llega. Y con creces.

    Muchas gracias por pasarte por mi blog.

    Es un gusto pasar por tus letras...

    Besos

    Viviana

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  2. me encantoooooo, yo se donde queda El Cristo del milagro. Recuerda que una de las reglas para la felicidad es no perder la esperanza, asi q confia en el Cristo, en vdd hace muchos milagros!!!! saludos y besos

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se dice que:

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