lunes, 12 de abril de 2010

No he podido olvidarte... To Juliet

Maldito corazón que no puede borrarte, tengo en mi historia el más claro ejemplo que Neruda nos pudo haber dado —“es tan corto el amor, y tan largo el olvido”—, pues el haberte amado tres años, fue tan corto para mi, que parece que ayer fue cuando me dijeron que te habías casado y es que estos ocho malditos años no han podido borrar aquel amor.

No he podido borrar ni un detalle del amor que un día dijiste tenerme, y pero en verdad me sentí amada, y tú no puedes negar que me amaste, pues frenábamos a cada rato el impacto de tocarnos, teníamos muchos motivos para amarnos, pero siempre fui yo la que te pedía más tiempo. Mi adolescencia era un motivo suficiente, pues yo quería ser adulta cuando diera ese gran paso, pero tú no pudiste esperarme…

Tres años en que fui tan feliz, te regale tres años de mi vida, de mi tiempo, pero ahora míranos, tú estas casado y si quieres que lo admita yo no soy feliz, no me he vuelto a enamorar. Tú no pudiste esperarme un poco más de tiempo, te fuiste y no volví a ver a aquel hombre del que un día enamoré. Mi vida es vacía, he jugado con más de cinco bocas, he tocado a más de dos cuerpos y todo para olvidar, para borrar, para no recordar que en tres años te entregue mi vida, que estoy maldita por ti, por tu amor, que maldigo el verte con tu esposa. No dejaré de verte, porque somos la misma hierba de una sola tierra, una tierra donde “se unieron dos corazones con un mecate”, de esa tierra que nos vio amarnos, que nos vio pelearnos, y que nos vio separarnos, y ahora hasta parece que se ríe en cada fiesta anual, en todo Santos, Navidad, Semana Santa, cuando ahí esta tú, cuando ahí estoy yo.

Han pasado ocho años de olvido, y sigo sin olvidar, y se que tú también no me has olvidado, tu mirada me dice cuanto me extrañas, tus nervios frente a mi me hace suponer que aún me amas y puedo apostar mi vida que aún guardas aquella foto que un día me robaste, a la que un día tú le lloraste, la que traías en tu cartera y me enseñaste un domingo sin saber que sábado ya te habías casado.

Ahora puedo pedir algo, y no es el olvidarte, te pido ya no me busques, no intentes hablarme, ni mirarme, porque tengo una botella de tequila aunada con rencor con la que me he emborrachado muchas veces, con la que he llorado, gritado, maldecido tantas veces el haberte perdido.

No quiero que un día en el que ya no aguante más, te grite cuanto te odio, que te odio por haberte perdido, que odio porque te fuiste, que te odio porque no me he podido enamorar de nadie más que tú, te odio porque al tratar de olvidarte he cometido muchos errores, siiiii te odio por casarte, te odio porque en estos ocho años no he podido olvidarte…

1 comentario:

  1. Mi corazon se extremecio al leerlo, pero la vdd es que tu me conoces tanto o mas que yo que sabias exactamente lo que yo queria decir y que no sabia con que palabras. Muchas gracias por escribir algo que e ayudara a terminar con esta situacion y mas bien por hacer ver las cosas que me engañaba a mi misma para no verlas ni sentirlas....TE AMO

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se dice que:

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